Capítulo 5
Yan Chen estaba de pie junto al carruaje, presionando su cuello con la mano izquierda y sosteniendo la capucha con la derecha, presa del pánico y sin saber qué hacer.
Él... no puede subir.
En el pasado, podía subir con un ligero salto mientras sostenía el eje del carruaje, pero gracias a su estómago abultado, no se atreve a moverse tanto. Ha intentado subir de diferentes maneras, como saltar en la tabla horizontal y luego meter las piernas, pero la tabla horizontal fuera de la cortina era demasiado estrecha y su cintura se lastimó, y no había podido encontrar un lugar para apoyar sus pies.
El cochero lo miró, su mirada era extraña.
Lu Huancheng se subió al carruaje primero hoy, no esperó como de costumbre, no lo había ayudado.
Cuando su cuerpo aún era flexible, Yan Chen siempre se mostraba voluntarioso y no le gustaba que Lu Huancheng hiciera un escándalo. Siempre lo consideraba una persona débil, y extendía su mano frente a él para ayudarlo, pero Yan Chen no la tocaba. Pero parece que Lu Huacheng está disgustado con él y no quiso ayudarlo. Yan Cheng se frotó el estómago, y se quedó ahí sin subir al carruaje.
— ¿Achen?
Se abrió la cortina lateral y Lu Huancheng preguntó
— ¿Qué pasa?
— Todo está bien, subiré en un momento.
Yan Chen hizo un gesto apresuradamente, como si fuera a subir al carruaje. Lu Huancheng vio que parecía estar bien, por lo que volvió a bajar la cortina.
Yan Chen exhaló un suspiro de alivio en secreto, rápidamente retrajo la pierna y se frotó el estómago dolorido. Yan Chen vislumbró un pilar de madera al lado de la pared, como si agarrara una pajita que le salvara la vida, se apresuró y abrazó el pilar del carruaje, lo colocó de forma segura, y luego sostuvo el eje del carruaje y se balanceó hacia adentro.
Lu Huancheng ya estaba sentado y miró a Yan Chen con la barbilla apoyada en su mano, sentía que Yan Chen se estaba comportando anormal hoy. Yan Chen había subido al carruaje y se había acomodado en el asiento y no dijo nada.
Además, llevaba la capa de piel de zorro atada al cuerpo, normalmente no era así.
Lu Huancheng arrugó las cejas por un momento, luego bajó la cabeza y sonrió aliviado.
Yan Chen ocasionalmente tiene un poco de temperamento, probablemente está algo ofendido y deliberadamente está dejando su ira salir así, ignorándolo. Lu Huancheng pensó que sería bueno que lo dejara tranquilizarse un poco. Tomó un libro tranquilamente, se apoyó contra la ventana y lo leyó con calma, sonriendo, y ocasionalmente miraba a Yan Chen con indiferencia.
No es que Yan Chen no quisiera hablar, se apoyó en la suave almohada, con la cabeza gacha, y se concentró en soportar el denso y sordo dolor en su abdomen.
«Duele mucho»
En un abrir y cerrar de ojos, Sun'er se movió, su abdomen se hinchó repentinamente, su piel se estiró dolorosamente y lastimó innumerables nervios invisibles como un cuchillo. Incluso el tacto de la ropa se sentía doloroso cuando se frotaba contra su vientre. Pero comparado con el dolor en el abdomen, esto no es nada. La pobre membrana uterina aún no se había expandido correctamente, y de repente se introdujo en un niño que tenía el doble de tamaño. Es como si pusieras una sandía en la piel de una pera. Necesitaría algunos meses más soportando ese dolor. Era demasiado difícil de explicar, solo podía apretar los dientes.
Sin mencionar el movimiento repentino del feto, fue simplemente... fue como si los pequeños conejos se mudaran del montículo de nieve, y en su lugar hubieran llegado unos lobos salvajes, jugando todo el rato y aullando salvajemente.
Después de muchas dificultades, el carruaje se detuvo por fin en la puerta de la Mansión Han, que era el lugar al que iban a visitar hoy. Lu Huancheng se levantó e iba a salir del carruaje. Yan Chen no sabe de dónde llegó su impulso, tal vez era tanto su dolor, pero sujetó la ropa de Lu Huancheng.
Lu Huancheng giro la cabeza
— ¿Qué pasa?
— Huancheng...
Yan Chen levantó la cabeza, presionó su estómago y se veía muy lastimado
— Tú... ¿puedes ayudarme a bajar?
Lu Huancheng sonrió y dijo
— ¿Estás delicado hoy?
Toco la mejilla de Yan Chen, saltó del carruaje y le tendió la mano
— Achen, ven.
Yan Chen no pudo levantarse rápidamente, no podía ponerse de pie, tuvo que apoyar su mano en la pared del carruaje, movió cuidadosamente sus rodillas. Levantó la cortina del carruaje y se inclinó, al ver el brazo de Lu Huancheng levantado en el aire, puso su mano sobre él de forma natural.
Antes de levantar el pie, el brazo se apartó de repente.
Yan Chen estaba atónito, pensó que Lu Huancheng estaba jugando con él, sintió mucho dolor en su corazón. Se sentía perdido mientras estaba de pie en la tabla del carruaje.
De repente, sintió que alguien le envolvía una mano en su cintura y con la otra sostenía sus rodillas.
Lu Huancheng dijo
— Achen, sostén mi cuello.
Yan Chen lo hizo de acuerdo con sus palabras, y luego se sintió aliviado, Lu Huancheng lo abrazó y lo llevó fuera del carruaje.
El abrazo de Lu Huancheng fue muy sólido. Yan Chen fue abrazado y caminó durante mucho tiempo. Los miembros de la familia de la Mansión Han miraron de reojo. Yan Chen se sintió muy avergonzado, quería que Lu Huancheng lo dejara en el suelo.
Lu Huancheng le alisó el cuello y dijo cálidamente
— Deberías ser tan delicado todos los días, así puedo abrazarte mucho.
Yan Chen se mordió el dedo y sus mejillas se sonrojaron.
La familia Lu estaba en Langzhou, que pertenece al sur del río Yangtze. Originalmente era la más adecuada para el negocio del té. Lamentablemente, cuando se prohibió el té salado, fue para que el gobierno y los empresarios pudieran llenar sus bolsillos, y ese negocio ya no fue viable para la familia Lu. Lu Huancheng no tuvo más remedio que retirarse y establecer un negocio de seda y madera.
Es un hombre de negocios poco común, es ampliamente reconocido, sabe cómo hacer cálculos y sabe cómo mantener su reputación con palabras y hechos. Solo ha estado a cargo de la familia Lu por siete u ocho años, y la ha manejado muy bien.
Por otro lado, Yan Chen, desde que se había convertido en humano y había pasado su primera noche con Lu Huancheng, lo consideraba su persona. Así que ponía su espíritu en abanicos de bambú, cuentas del ábaco, en el telar, la lanzadera de urdimbre y la trama, etc. Y acompañaba a Lu Huancheng a explorar los campos de moras, a observar cómo se trabajaba la tela, y a muchos lados.
Envidiaba a Lu Huancheng por saber tanto y también odiaba su propia ignorancia.
En el pasado, Lu Huancheng se apresuraba a estudiar fuera del estudio, siempre deambulando en el patio y quejándose. La piedra de entintar estaba seca y guardada en su estuche, el volumen del texto que le tocaba leer estaba siempre cerrado. Él no iba a estudiar nunca al estudio, a pesar de que había un bambú verde, tan hermoso, frente a la ventana, que lo esperaba día y noche. No fue a estudiar a pesar de que su familia le daba siempre lo mejor, él... simplemente nunca fue.
Yan Chen sufría de amor por no poderlo ver.
Más tarde, supo que era lo que Lu Huancheng había estado haciendo. Al mismo tiempo de que descubrió eso, Yan Chen se sintió más pequeño, no sabía nada de cálculos.
Afortunadamente, Yan Chen tiene una acumulación espiritual y un talento de siglos de antigüedad. A medida que pasó mucho tiempo siguiendo a Lu Huancheng, gradualmente comprendió cómo se hacían los negocios y las habilidades de planificación. Todo fue recordado en su corazón, y a veces, era mucho más ágil que Lu Huancheng.
Hace medio año, Lu Huancheng conoció a Yan Chen.
Las posibilidades de que eso ocurriera eran pocas y complicadas. Pensaba que no lo merecía. Se habían reunido, y cuando sostuvo su mano y lo miro a los ojos, sus sentimientos se volvieron incontrolables.
Yan Chen obviamente anhelaba un amor ardiente, pero tenía miedo, miedo al ser un bambú espiritual, y que el mundo no pudiera tolerar su amor y fuera castigado por el cielo. Por lo que no se permitió mostrar su amor.
Pero Lu Huancheng se mostró reacio a dejarlo ir. Le demostraba amor todas las noches, como si quisiera unirlo a sus huesos y sangre. E incluso lo llevó con él a todos sus viajes, y siempre lo presentaba como su "primo"
Yan Chen vió que confiaba mucho en él, y ya no huyó, así que cortó el nudo en su corazón y dejó de preocuparse por el futuro.
Incluso si las espinas estuvieran frente a él, y carbón ardiente estuviera bajo sus pies, siempre que Lu Huancheng lo acompañe por el camino, moriría felizmente.
Por lo tanto, Lu Huancheng tiene un "primo" extraordinariamente brillante con una piel como grasa de cordero y jade blanco, y un cuerpo como un bambú verde. Se queda callado a su lado y no habla mucho. Solo notará los temas importantes dentro de la conversación, se inclinara hacia Lu Huancheng y le dirá unas cuantas palabras.
Pero hoy, Yan Chen no acompañó a Lu Huancheng, no pudo acompañarlo hasta el final. Después de estar sentado durante aproximadamente media hora, su respiración era un poco inestable, su frente estaba sudando, la parte inferior de su abdomen estaba hinchada y dolorida, y había un poco de dolor en sus huesos.
El sol brilla fuera de la casa, la nieve caía y cada rayo de sol que entra por la ventana es una tentación para él.
«Cálido, claro y fragante. Han pasado siete días... han pasado... si, desde hace siete días no he tenido sol»
La sangre en su cuerpo se condensaba como cuchillas para cortar sus vasos sanguíneos, provocando dolor interno.
Yan Chen lo soportó durante mucho tiempo, pero después de todo no pudo contener el fuerte deseo en su corazón y susurró al oído de Lu Huancheng, le dijo que estaba incómodo y quería salir al sol. Lu Huancheng estaba discutiendo la elección del barco de carga con el jefe de la Mansión Han, y estuvo de acuerdo. Yan Chen exhaló un suspiro de alivio, se levantó y salió solo.
«Hola lluvia, sol y suelo mojado»
Han pasado ocho años desde que se convirtió por primera vez en un humano, su cuerpo humano aún no puede deshacerse de sus hábitos de bambú.
De bambú a humano, el cambio de hábitos es un largo proceso de adaptación: cuanto más largo es, más débil es el bambú. Pero en los últimos ocho años, el tiempo total que Yan Chen se ha convertido en humano fue de menos de medio año, es mejor decir que todavía es un bambú cubierto con un caparazón humano.
Hace medio año, para salvar a Lu Huancheng, se transformó en humano en una situación desesperada, pero no podía caminar bien, así que se tambaleó todo el tiempo, casi muriendo.
Desde ese día, Lu Huancheng ha sido inseparable de él. Yan Chen ha mantenido su cuerpo durante medio año, como un niño que acaba de aprender a gatear e intentaba correr diez millas.
* * * *
Todo salió bien para Lu Huancheng hoy. Los bienes, la vía fluvial y el horario se acordaron a una hora, y el contrato se redactó a la hora siguiente, se firmó y se estampo.
Empujó la puerta y vio a Yan Chen acurrucado bajo un árbol tomando el sol y durmiendo profundamente. Parecía perezoso y contento, como un gato delicado en el invierno. No quería despertarlo, así que lo cargo hasta el carruaje.
«Dejaré que duerma pacíficamente»
Yan Chen tenía hambre en el sueño y se abofeteó la boca, se despertó mareado y enseguida le llegó a su nariz el olor del arroz cocido.
Lu Huancheng estaba bebiendo sopa con una cuchara. Vio que Yan Chen se sentaba lentamente con los ojos cerrados, extendiendo la mano y buscando a tientas. Yan Chen agarró los palillos al revés, la parte puntiaguda hacia arriba y la parte cuadrada hacia abajo. Tomó un cuenco de arroz con la mano... pero su barbilla estaba puesta en la mesa.
Yan Chen intentó tomar algunos bocados de arroz, sus palillos golpearon la mesa y el tazón, pero como estaban al revés, fue difícil tomar comida.
Al ver que realmente quería comer y dormir al mismo tiempo, Lu Huancheng sonrió impotente, se inclinó hacia adelante, giró los palillos y le ayudó a la muñeca de Yan Chen a meter los palillos en el tazón.
Después de un tiempo, Lu Huancheng terminó un plato de sopa antes de que Yan Chen tomará dos bocados de arroz, medio dormido y medio despierto, quejándose débilmente
— Luz...
La esquina de los labios de Lu Huancheng se crispó y barrió la mitad de comida en su tazón.
— La luz es algo débil, vamos a comer.
— Hmmm...
Yan Chen se metió la verdura que había sido colocada en su tazón junto con arroz a la boca, después de masticar unas cuantas veces, sintió que algo andaba mal, y preguntó.
— ¿Qué es?
—Brotes de bambú de invierno, fueron recogidos junto al lago Baojing.
Su piel aún es tierna, así que se cortaron en láminas pequeñas y se les agregó tocino y se cocieron en una sopa. Este es el plato estrella de la Casa Hongbo en invierno.
Cuando Yan Chen escuchó la palabra "brotes de bambú", su rostro se puso pálido en un momento, su garganta se retorció, giro la cara y vomito. El cuenco de porcelana con el arroz cayó al suelo y se hizo pedazos.
Lu Huanchen temía que se lastimara, así que se apresuró a ayudarlo, pero vio que Yan Chen vomitaba mucho, era tanto que temía que el niño en el vientre de Yan Chen también fuera expulsado.
Finalmente, Yan Chen se recuperó un poco, recostado débilmente sobre los hombros de Lu Huancheng, se encogió, sin atreverse a girar la cabeza para mirar el plato.
«¿Podrían ser ese niño?»
Acababa de ver esos brotes de bambú cubiertos por la tierra, creciendo poco a poco.
Seguramente habían sido arrancados desde la raíz, descarapelados, desmenuzados con un cuchillo y echados en agua hirviendo para cocerlos.
La vida y la muerte están muy cerca la una con la otra.
Yan Chen pensó débilmente en esas horribles escenas, y de repente recordó algo terrible: ¡su cuerpo original todavía estaba en la casa de la familia Lu!
Esta embarazado, por lo que debe de haber crecido un pequeño brote de bambú cerca de él, que es su sangre y carne. Anoche, su pequeño brote había crecido mucho, si era notado por alguien, seguramente lo cavarían para hacerlo sopa, romperían su cascara y lo cortarían con un cuchillo...
Yan Chen gimió de dolor cuando Sun'er se movió ferozmente en su abdomen.
Sun'er era tímido y se encogió hasta convertirse en una bola, presa del miedo. Su movimiento hizo que chocara contra la membrana uterina. Sun'er estaba ansioso por encontrar un lugar en el barro y esconder su cabeza.
Lu Huancheng abrazó a Yan Chen y acarició su espalda, tratando de calmar el temblor lo antes posible.
— ¿Qué pasa? ¿No te gustan los brotes de bambú?
— Um.
Miró preocupado el rostro frío y sudoroso de Yan Chen, frunció el ceño y dijo
— ¿Realmente le tienes miedo a esto?
— Um.
— Ya no comeremos brotes de bambú, ni en casa. No tengas miedo.
— Um.
Excepto por esa corta respuesta, Yan Chen no podía decir nada más.
Su bebé está claramente en su abdomen, pero su cuerpo original está a cientos de millas de distancia. Si alguien entra al jardín de bambú y quiere mover el brote de bambú, ¿cómo puede protegerlo? Solo podrá acostarse en los brazos de Lu Huancheng y ver a su niño morir y ser cortado hasta ser un cadáver frío.
Apretó con fuerza los hombros de Lu Huancheng, levantó la cabeza y su voz tembló ferozmente
— Huancheng, volvamos a Langzhou. No espere mañana, hoy, hay que irnos hoy.
Lu Huancheng lo miró y no hizo ningún sonido durante mucho tiempo.
Quito las manos de Yan Chen de su hombro, sostuvo una con su mano y dijo
— Achen, tienes que darme una razón. Puedo confiar en ti para todo. Mañana u hoy, todo es cuestión de tu respuesta. Pero tengo que saber por qué. ¿Crees que no he notado nada? Desde la mañana, has estado actuando raro. Cuando te subiste al carruaje no me hablaste. Cuando nos bajamos del carruaje te sentías mal, ni siquiera abriste los ojos para comer. ¿Cómo puedo llevarte a casa en ese estado?
Yan Chen lo miró con una expresión tímida y su rostro se puso más pálido.
Lu Huancheng lo miró con lástima, parecía un conejo frente a un lobo. Su corazón se puso suave. Afortunadamente, su cordura seguía siendo inquebrantable, y todavía pretendía ser duro en la superficie
— Achen, dime qué está pasando, y yo te llevaré a casa inmediatamente.
— Eso...
Yan Chen se atragantó y dijo en su garganta húmeda
— Entonces, vámonos mañana.
El pecho de Lu Huancheng estaba frustrado y casi se desmaya en el acto.